Hay que tomarse en serio la felicidad
Diario 9: Porque si, la felicidad no viene sola... se construye
Me considero una adicta a los videos de YouTube. Todos los días veo (por lo menos) un video que aparezca en mi feed. Y la verdad, me encanta mi feed. Una de las cosas que más me gustan de la tecnología es el algoritmo, sobretodo el de YouTube; porque es como ver cada uno de mis intereses encapsulados en pequeñas casillas de información. Algo así como estos casilleros que utilizan para organizar las cartas.
Esto ha sido casi toda mi vida. Siempre he disfrutado consumir videos de temas variados. Algo que mi algoritmo ha aprendido muy bien, porque me sugiere videoensayos sobre la teoría de cuerdas o de análisis de la vida de Leonardo Da Vinci; artistas mostrando su proceso de trabajo en tiempo real, ya sean dibujos, pintura o artes plásticas en general; análisis o reacciones de álbumes de música; tutoriales de dibujo, escritura, edición… audiovisuales en general; cortometrajes (sobretodo animados); análisis de animes o reacciones de profesionales de cierta materia a algún tema mencionado en películas, series o animes… la lista es infinita, pero mis favoritos siempre serán las charlas TED.
En este artículo pienso hablar sobre una charla en específico a la que suelo consultar cada cierto tiempo. Tiene como título “Hay que tomarse en serio la felicidad” y el expositor es el señor Freddy Ginebra Giudicelli.
La charla es una montaña rusa de emociones, la apertura es una maravilla porque se nota que estudió a su público. Te atrapa desde que sube al podio y dice “Le pregunté a mi hijo si me podía salir del circulito y me dijo no, no te salgas de ahí; así que tengo que ser obediente”. Es curioso como lleva el tema de la “felicidad”, equilibrando la exposición con frases jocosas, anécdotas de su vida (aunque algunas bastante dolorosas) pero de una manera sencilla y tranquila.
El video marca 19:36 minutos, pero el mensaje que está compartiendo el señor Freddy se siente como una conversación que tendrías con un viejo amigo un sábado a las 3 de la tarde en un café. Pasa volando.
Toca temas delicados como la desaparición de un amigo de su infancia, la muerte de su madre, la época en la que le diagnosticaron cáncer… nunca esconde sus emociones, se permite salirse del guion que tenía preparado para contar temas difíciles como el asesinato de su padre. No tiene miedo de tomar un momento de silencio.
Experimentar el perdón, y con esto no solo hace hincapié en no guardar rencor y perdonar a los demás, sino que también recalca el perdonarnos a nosotros mismos. Esto último es lo que más me cuesta en el día a día, y siempre que vuelvo a ver el video me recuerdo que esa aún es uno de los puntos que él menciona que no logro completar al 100%.
Recuerdo que la primera vez vez que vi esa conferencia fue hace casi 3 años. Era ese tiempo en el que tenía que decidir qué carrera estudiar, ya se me acababa el tiempo. La única opción que tenía y que era la más “segura” era Comunicación Social.
Como ya he comentado en otros artículos, tomar esta decisión me aterraba. Me daba miedo probar algo tan diferente, que me exigía salir de mi zona de confort. Para tranquilizarme un poco o, por así decirlo, entrar en esa fase de aceptación, busqué videos en YouTube de estudiantes que ya estaban en la carrera y que contaban su experiencia. Vi tantos videos que de alguna manera llegué a esa charla TED.
Dejaré aquí el link de la conferencia por si quieres escucharla completa.
En ese tiempo me identifiqué más con el último segmento de la charla, cuando el señor Freddy conversa sobre probar cosas nuevas, su experiencia al adentrarse en el mundo de la actuación a los 73 años (en ese entonces) y la búsqueda de la superación día a día, y como él dice: “cada día es una nueva oportunidad para escoger ser felices”.
Hoy vuelvo a ver este video pero desde una perspectiva diferente. Por un lado me siento bien al saber que si me he atrevido, si he intentado cosas nuevas y que me siento muy bien en la carrera. Pero por el otro, ahora los papeles cambian.
Últimamente mis abuelos han estado algo enfermos, y como el señor Freddy menciona de una manera graciosa: “No sé si ustedes saben, pero yo me voy a morir… mucha gente de aquí no sabe que no se va a morir… vive como que si eso no existiera”; y si, yo era de esas personas. No porque no creyera en la muerte, sino que no vivo consciente de que eso pasará en algún momento.
Pensar en una vida sin ellos es algo que no puedo imaginar, he vivido mis 20 años con ellos, y pensar que una mañana me puedo despertar y que solo tenga que servir dos cafés con leches (uno para mi mamá y uno para mí)… y no tener que servir otra taza de café con leche… más café que leche pero sin llenar hasta arriba y sin azúcar como le gusta a mi abuelo; y una taza de solo café negro con dos cucharadas de azúcar para mi abuela es una imagen borrosa.
Mi abuelo siempre le ha tenido rechazo a los médicos, él prefiere tomar alguna infusión natural o hacerse un té de malojillo. Según él eso cura cualquier cosa… aunque ni él sepa si algo en realidad le duele. La cosa es que últimamente si se ha sentido mal, en dos ocasiones tuvimos que salir de emergencias… ni mis tías ni mi mamá me dicen con certeza qué es lo que tiene, porque la verdad tampoco se lo quieren decir a él.
Y la verdad, la intuición no falla, cuando a uno le esconden las cosas suele imaginar lo peor… y en este caso, puede que lo que tu estas pensando ahora mismo sea lo mismo que yo estoy pensando. Si, esa palabra que empieza por C…
En fin, utilizando un poco de humor, así como el señor Freddy… podría decirse que este video “never gets old”. Y es por eso que hoy vengo a recomendarlo, indiscutiblemente, sea cual sea el período o situación en la que estés viviendo, puede resonarte de alguna manera.
A mi, por ejemplo, me recuerda que no debo estancarme o dejarme influenciar por las cosas malas que me pasan o por los problemas que se me presenten, que soy más que eso y que puedo seguir. Y que, por seguir y permitirme “seguir viviendo” no me debo sentir culpable. En vez de eso, sentirme bien por elegir la felicidad, mi felicidad.